El humanismo español como filosofía (siglo XVII a XXI) en 2022
El objetivo de este proyecto es reflexionar interdisciplinaria e interculturalmente sobre el humanismo en lengua española como forma filosófica por excelencia. Este proyecto se propone destacar el valor genuino y pleno del humanismo escrito originalmente en autores de la literatura como Cervantes, Lope de Vega y Garcilaso de la Vega hasta pensadores com Maria Zambrano, Miguel de Unamuno, Antonio Machado, Giner de los Rios y Jose Ortega y Gaset. Para ello se van a invitar a pensadores tanto del mundo iberoamericano como de otras lenguas, a dialogar por 8 videoconferencia, los cuales van a permitir realizar 12-15 programas radiales. Los mismos se van a emitir por Latitud 0 y Planeta 2030 por Radio Alma, FM 101.9 y www.radioalma.be los lunes y / o martes de 18 a 19 hs.
Por otra parte se va a considerar si es posible establecer una ciudad cervantina en Lovaina u otra ciudad belga, de modo de cooperar interculturalmente sobre el tema, partiendo desde actividades continuas en torno a Cervantes (algunas realizadas con el apoyo de previos proyectos: El humanismo en la figura de Don Quijote I y II). Se ha establecido contacto con la red de ciudades cervantinas, tanto en Alcalá de Henares como en la Complutense de Madrid.
Por otra parte se procura agregar el tema de la "solidaridad intelectual y moral", tema con el que se colabora en la UAM, Fundación Cultura de Paz; y la Universidad de la Laguna (ex-rectora Marisa Tejedor, sobre proyectos UNESCO) y SOCAEAN (Tenerife) con propuestas de filosofía moral.
Entre los invitados se encuentran: Federico Mayor Zaragoza, Marisa Tejedor, Adela Cortina, Fernando Galvan, Jesus Ravelo y Emilio Lledo. Se va a agregar materiales de arte (música, teatro y visual)
Fase I dn2020
El proyecto sobre el humanismo en la figura de Don Quijote y su vigencia se ha comenzado a desarrollar de una forma interdisciplinaria en las áreas del arte la literatura y la música con la realización original de 12 programas de radio directamente vinculados con el humanismo de Don Quijote y otros 10 indirectamente.
Durante el 2020 se ha formado un grupo de 12 actores (3 actores en Alcalá de Henares) que vienen grabando textos para la radio. Ya se ha comenzado con videos para fase II. Se ha colaborado interdisciplinariamente con artistas plásticos, académicos, actores y músicos. A su vez, en primicia se hizo un concierto a Dulcinea con textos de y sobre Don Quijote y Dulcinea.
Una idea muy original fue sugerida por Ana Velasco de la UAH, quien pudo percibir la ciudad de Lovaina como un escenario ideal para recrear varias vivencias narradas en el Quijote. De pronto la biblioteca incendiada durante la 1GM nos rememoraba la quema de libros padecida por nuestro caballero. Fonske, esa escultura que se arroja una bebida en la cabeza, nos llevaba a pensar soluciones para no "secar el cerebro". Tantos otros sitios maravillosos como el Beguinage nos transportaban a la Insula Barataria. Y fue de pronto que este proyecto comenzaba a cobrar un nuevo sentido y hermanamiento entre Lovaina y Alcala de Henares. Por cierto, coincide el hecho de que la Catedral de los Santos Justo y Pastor de Alcala de Henares y la Iglesia de San Pedro de Lovaina, son ambas magistrales.
Fase II 2021
Por una parte, en la fase II se propone continuar con una serie de varias emisiones de radio (Latitud 0 y Planeta 2030 por Radio Alma de Bruselas) dedicada a temas de hispanidad vinculados a los desafíos contemporáneos, e inspirados en el humanismo de los personajes cervantinos. Contamos con las emisiones radiales que tratan en mayor o menor medida temas del Quijote y del humanismo español y en parte de eventos universitarios entre Bélgica y España con la participación de estudiantes y profesores, tanto de la misma universidad como de universidades españolas a partir de videoconferencias o visitas, en particular la Universidad de Alcalá de Henares, con la cual hay colaboración constante.
1. El 20 de Abril (19:00 - 21:30) desde el Instituto Cervantes de Bruselas y la Universidad de Alcalá, junto SOCAEN de Tenerife, a la ciudad cervantina de Azul, Argentina, y con el apoyo de la Embajada de España en Bélgica, durante la semana cervantina del 19 al 23 de abril
2. Junio (segunda semana): Ruta del Quijote en Lovaina (en colaboración con el CLT y Universidad de Lovaina): Se procura realizar una ruta con textos de Don Quijote, recreando un paralelo con lugares de Don Quijote en la ciudad de Lovaina: quema de los libros (Biblioteca), la ínsula Barataria (Beguinage), visita a Fonske (Fons sapientiae), la Alcaldía, etc.
3. 3. Se colaboracon la exposición de la obra colectiva de pinturas sobre el Quijote, que han formado un libro, coordinado por el profesor Massoud Lari (Atelier Creatif Chant d'Oiseau de Bruselas), la cual es finalmente donada al Instituto Cervantes de Bruselas.
4. Diciembre: Concierto y otras representaciones: En el momento que se permitan las actividades al aire libre se realizará un concierto con el programa de Dulcinea, junto a obras de Falla, por Sara Fontán (chelo) y Kristina Kebet (piano). Un lugar que ya se había prometido para el 2020 es el Molino de Anderlecht (jardín exterior para audiencia, rodeando el molino), contándose también con un recital de textos de Don Quijote.
5.
Resultados del proyecto:
El proyecto se acompaña con el marco de redes sociales.
7. Algunos materiales como postales y otras impresiones con textos del Quijote o reflexiones sobre el mismo van a realizarse durante esta fase del proyecto.
Los programas
radiales se siguen emitiendo por Radio Alma y llegan a una audiencia amplia en Bruselas
vía FM 101.9 y al resto del mundo a partir de internet por www.radioalma.be y
las entrevistas por www.terracuranda.be
los días lunes y martes de 18 a 19 (hora belga).
A su vez, para
los eventos por zoom o virtuales se calcula que puede lograrse una buena
participación de estudiantes universitarios, de español y profesores, tanto de
Bélgica como de España, Argentina, etc.
Todos los eventos
presenciales son gratuitos, y van a cumplir con las condiciones de
sanidad del momento. Igualmente las grabaciones se ponen a disposición gratis para fines no comerciales.
Objetivos:
1.Promover el
conocimiento y la reflexión sobre Don Quijote a partir de temas y propuestas
originales;
2.Recrear los
personajes cervantinos en el marco de la ciudad de Lovaina y promover
propuestas de arte originales que refuercen la vigencia de su contenido;
3.Realizar un
proyecto transdisciplinario que se nutra del humanismo español, en particular a
partir de obras de literatura, las artes visuales, la música y la filosofía;
4.Contribuir a la
comprensión del aporte de la cultura española y latinoamericana a nivel local y
global.
Reflexiones para el proyecto de Don Quijote:
La alquimia de Cervantes
por Patricia Morales
Se dice que con Don Quijote de
la Mancha nace la novela moderna, y también allí se echan las bases para el
racionalismo tal como lo entendemos a partir de la obra cartesiana posterior
del Discurso del método. Cervantes
inaugura este género literario híbrido con una figura que lleva su humanidad en
carne viva. Es un antihéroe ¿o anti-caballero?, que se afana por cumplir desde
el fracaso los valores más puros de nobleza y de amistad.
La frase “yo sé quién soy”, que supuestamente nuestro personaje dice al
pasar para reafirmar su hidalguía, pues había sido puesta en duda, puede
considerarse como una forma en que lo humano por sí afirma su sentido y
validez. Es por ello que esta exclamación de Don Quijote no ha pasado
desapercibida al filósofo Miguel de Unamuno, quién con y contra Cervantes
confirma “el quijotismo”, tal vez la religión más humanista de todas.
Pero si ésa fue la lectura del convulsionado siglo 20, en el siglo 21 nos sentimos
naufragados, a la búsqueda de la humanidad perdida. ¿Es que podremos encontrar
amparo en las hojas de esta obra magna?
El “yo sé quién soy” cervantino nos puede devolver valorizado hoy al homo humanus, que, en su anhelo por una
infinitud que cree perdida, encuentra sosiego en sus propios límites humanos
como homo finitus. Se han
desvanecido los absolutos y el ser humano ha quedado a la intemperie. Y
entonces intenta reinventarse con un humanismo desde el arte y su ciencia,
desde su pincel y su pluma, como un creador incansable en el ostracismo. Pero aun
así -o porque es así- la condición humana recobra un sentido irreversible. El
actuar libre del hidalgo -o del caballero andante qué más da - se ocupa
incansablemente de los demás: de su amada Dulcinea, de los que deben ser
protegidos, de quienes merecen justicia. Así, sale Don Quijote erguido a
cumplir la misión de ser hombre con una vulnerabilidad absoluta y una audacia
increíble, es decir desproporcionada. No lo asustan los molinos en su osadía,
ni los magos perversos. Siempre valdrá la pena hacer frente a los gigantes. Los
monstruos, aunque tal vez solo existen en su mirada, deben ser combatidos. Don
Quijote nos da así una metáfora de humanidad. Habitante de paradojas, alcanza la
belleza del caballero de la triste figura.
Cervantes nos muestra que nuestro conocimiento es por cierto limitado, que
nuestra capacidad interpretativa es siempre subjetiva y que nuestra acción podrá
tener un desenlace no deseado. Pero al mismo tiempo y en esas coordenadas reducidas
se encuentra lo absoluto de lo noble y de lo bueno en el ser humano.
Educar quijotescamente puede sonar para algunos un despropósito.
María Zambrano la filósofa española veía en el
Quijote una filosofía que podemos bautizar como catártica: aprendemos a
levantarnos una y otra vez luego de las caídas que nos han confrontado con
nuestras limitaciones tan humanas.
Don Quijote tiene la vocación de ser héroe y el destino de no serlo. Tiene
la metamorfosis de la dialéctica del héroe, que parte originalmente del estereotipo
de un tiempo anterior, un Quijote de caballería que se afirma con una misión
literal -la tesis-, luego en esa épica del fracaso de Zambrano está el momento
de la negación -la antítesis-, para finalmente poder lograr a través de una
revelación esa vuelta enriquecida de la heroicidad humana -la síntesis-, cuya
misión no es otra que aprender a convivir plenamente con la finitud. Es por eso
que la condición humana en el Quijote
sólo puede leerse con mucho humor, benevolencia y en clave de ironía. Saber ser
Quijote es saber ir incansablemente a luchar contra los molinos, a visualizar
absolutamente a los gigantes sabiendo de antemano que esa lucha es desigual y
tramposa. Y por eso nos despierta ternura y al mismo tiempo nos identificamos
con ese destino. Se trata de una ética solidaria, de aceptar categóricamente nuestra
fragilidad.
El autor del Quijote se nos
aparece como un gran alquimista del alma humana. Del dolor y del fracaso logra
extraer el elixir más puro y auténticamente humano. El mismo ha practicado la
resiliencia y desde su experiencia vital construye un personaje muy cercano a
sí mismo. Con nuestros ojos modernos tal vez veamos una coincidencia con
Carlitos Chaplin, que desde su niñez tan dolorosa nos ha brindado personajes
tan inspiradores. Su magnífico film El
chico de 1921 nos regala un recuerdo de su infancia, de las penurias que no
daban tregua, pero desde esa lucha permanente, que al final triunfa. Otra
alquimia autobiográfica, que se ofrece generosamente a un público que acomoda
su mirada para comprender y aprender un mensaje asombroso y veraz. El
historiador Eduardo Galeano decía que nos podíamos reír junto al Quijote, pero
nunca del Quijote.
A veces se dice que la filosofía en español ha echado sus raíces y da sus
frutos en la literatura. ¡Y es su derecho! Es el relato de una verdad genuina
que sólo puede revelarse desde la metáfora: todos somos un hidalgo montado
sobre un Rocinante, tratando de cumplir una tarea noble, pero desproporcionada
a nosotros. Es ese gesto de montar en el alba y salir a cabalgar
incansablemente, buscar una misión y entregarnos generosamente a ella y de este
modo restituir el sentido originario de nuestra vida única tan valiosa cómo
irrepetible. Y es entonces que la novela moderna desde el mundo castellano
emerge como un escenario ilimitado para las letras.
Tal vez la misión de Cervantes ha sido lograr hacernos sobrellevar nuestra
naturaleza de seres intermedios entre lo animal y lo divino. Se trata de
recuperar a día de hoy esa forma de humanismo prístino que en esta primera
novela moderna de inicios del 17 nos llega vigente al siglo 21. En cómo podamos
repensar su mensaje puede encontrarse una clave para poner a salvo el valor de
lo humano.
Hoy nos vemos confrontados con algunos que, posponiendo la propia
humanidad, se aferran ciegamente a cierta inteligencia artificial. Y vemos también
perplejos los avances descontrolados de nuevas tecnologías. Algo quimérico es
llamado trans-humanismo. ¿Un nuevo molino? Junto a Quijote debemos poder
plasmar un nuevo humanismo que ponga a salvo nuevamente la condición humana.
Siempre habrá gigantes y molinos. Qué más da. Allí estaremos para saber
decir “Yo sé quién soy.” Y allí emergerá también la alquimia de Cervantes.
-traduccion francesa-
L'alchimie
de Cervantès
par Patricia Morales
On dit qu'avec Don Quichotte de la Manche est
né le roman moderne, et là aussi les bases du rationalisme sont posées telles
que nous l'entendons des travaux cartésiens ultérieurs de Le discours de la
méthode. Cervantes inaugure ce genre littéraire hybride avec une figure qui
porte son humanité brute. C'est un anti-héros -ou anti-chevalier ? - qui
s'efforce de réaliser les valeurs les plus pures de noblesse et d'amitié après
l'échec.
La phrase «
Je sais qui je suis », que notre personnage dit au passage pour réaffirmer sa
noblesse, puisqu'elle avait été remise en cause, peut être considérée comme une
manière par laquelle l'humain en lui-même affirme sa signification et sa
validité. C'est pourquoi cette exclamation de Don Quichotte n'est pas passée
inaperçue par le philosophe Miguel de Unamuno, qui, avec et contre Cervantès,
confirme le «quichottisme», peut-être la religion la plus humaniste de toutes.
Mais si
telle était la lecture du XXe siècle bouleversé, au XXIe siècle, nous nous
sentons naufragés, à la recherche de l'humanité perdue. Est-ce que nous pouvons
trouver refuge dans les pages de ce jeux literaire ?
Le
Cervantin « Je sais qui je suis » peut nous redonner de la valeur aujourd'hui à
l' homo humanus, qui, dans son désir
d'un infini qu'il croit perdu, trouve la paix dans ses propres limites humaines
en tant qu' homo finitus. Les absolus
ont disparu et l'être humain a été laissé au grand jour. Et puis il tente de se
réinventer avec un humanisme issu de l'art et de la science, de son pinceau et
de sa plume, comme un créateur infatigable dans l'ostracisme. Mais même ainsi -
ou parce qu'il en est ainsi - la condition humaine retrouve un sens
irréversible. L'acte libre du noble - ou du chevalier errant, qu'importe -
prend inlassablement soin des autres : de sa bien-aimée Dulcinée, de ceux qui
doivent être protégés, de ceux qui méritent justice. Ainsi, Don Quichotte sort
tout droit pour remplir la mission d'être un homme d'une vulnérabilité absolue
et d'une audace incroyable, c'est-à-dire disproportionnée. Il n'est pas effrayé
par les moulins dans leur audace, ni par les méchants magiciens. Les géants
valent toujours la peine d'être affrontés. Les monstres, bien qu'ils n'existent
peut-être que dans son regard, doivent être combattus. Don Quichotte nous donne
ainsi une métaphore de l'humanité. Habitant des paradoxes, atteint la beauté du
chevalier de la figure triste.
Cervantes
nous montre que nos connaissances sont certainement limitées, que notre
capacité d'interprétation est toujours subjective et que notre action peut
avoir un résultat indésirable. Mais en même temps et dans ces coordonnées
réduites se trouve l'absolu du noble et du bien dans l'être humain.
Éduquer de
manière quichotte peut sembler absurde à certains. María Zambrano, la
philosophe espagnole, a vu en Don Quichotte une philosophie que nous pouvons
baptiser de cathartique : nous apprenons à nous relever encore et encore après
les chutes qui nous ont confrontés à nos limites très humaines.
Don
Quichotte a la vocation d'être un héros et le destin de ne pas l'être. Il a la
métamorphose de la dialectique du héros, qui part à l'origine du stéréotype
d'un temps antérieur, un Don Quichotte de chevalerie qui s'affirme avec une
mission littérale -la thèse-, puis dans cette épopée de l'échec de Zambrano il
y a le moment du déni - l'antithèse -, pour pouvoir enfin aboutir à travers une
révélation qui enrichit le retour de l'héroïsme humain - la synthèse -, dont la
mission n'est autre que d'apprendre à coexister pleinement avec la finitude.
C'est pourquoi la condition humaine de Don Quichotte ne se lit qu'avec beaucoup
d'humour, de bienveillance et une touche d'ironie. Savoir être Quichotte, c'est
savoir aller inlassablement lutter contre les moulins, visualiser absolument
les géants, sachant à l'avance que ce combat est inégal et difficile. Et c'est
pourquoi cela nous éveille la tendresse et en même temps nous nous identifions
à ce destin. Il s'agit d'une éthique de solidarité, d'acceptation catégorique
de notre fragilité.
L'auteur de
Don Quichotte nous apparaît comme un grand alchimiste de l'âme humaine. De la
douleur et de l'échec, il parvient à extraire l'élixir le plus pur et le plus
authentiquement humain. Il a lui-même pratiqué la résilience et de son
expérience de vie construit un personnage très proche de lui-même. Avec nos
yeux modernes, nous pouvons voir une coïncidence avec Charles Chaplin, qui
depuis sa douloureuse enfance nous a fourni des personnages aussi inspirants.
Son magnifique film Le Garçon de 1921 nous donne un souvenir de son enfance,
des épreuves qui n'ont pas donné lieu à une trêve, mais de cette lutte
permanente, qui finit par triompher. Une autre alchimie autobiographique,
généreusement offerte à un public qui accueille son regard pour comprendre et
apprendre un message étonnant et véridique. L'historien Eduardo Galeano disait
qu'on pouvait rire à côté de Don Quichotte, mais jamais sur Don Quichotte.
On dit
parfois que la philosophie en espagnol a pris racine et porte ses fruits dans
la littérature. Et c'est notre droit! C'est l'histoire d'une vérité authentique
qui ne peut être révélée que par métaphore: nous sommes tous un hidalgo
chevauchant un Rocinante, essayant d'accomplir une tâche noble, mais
disproportionnée pour nous. C'est ce geste de chevaucher à l'aube et de sortir
inlassablement, de chercher une mission et de s'y donner généreusement et de
restaurer ainsi le sens originel de notre vie unique aussi précieuse
qu'incomparable. Et c'est alors que le roman moderne du monde castillan émerge
comme un cadre illimité pour les lettres.
Peut-être
la mission de Cervantès a-t-elle été de nous faire face à notre nature en tant
qu'êtres intermédiaires entre l'animal et le divin. Il s'agit de retrouver
aujourd'hui cette forme d'humanisme originaire qui, dans ce premier roman
moderne du début du XVIIe nous parvient en force jusqu'au XXIe siècle. Dans la
manière dont nous pouvons repenser son message, une clé peut être trouvée pour
sauvegarder la valeur de l’humain.
Aujourd'hui,
nous sommes confrontés à certains qui, reportant l'humanité elle-même,
s'accrochent aveuglément à une certaine intelligence artificielle. Et nous sommes
également déconcertés par les avancées incontrôlées des nouvelles technologies.
Quelque chose de chimérique s'appelle le trans-humanisme. Un nouveau
moulin ? Avec Quichotte, nous
devons être en mesure de façonner un nouvel humanisme qui rende la condition
humaine à nouveau sûre.
Il y aura
toujours des géants et des moulins. Quelle différence cela fait. Nous serons là
pour savoir comment dire «je sais qui je suis ». Et là, l'alchimie de Cervantès
émergera également.
Con el apoyo de la Embajada de España en Bélgica (AECID)
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